(Publicado 19 Noviembre 2.011)
Estimados amigos, que sencillo resulta hoy el hablar, persona a persona, en grupos o a través de los medios sociales; dado que el ser humano tiene siempre un enorme deseo por aprender, trata de seguir las corrientes esperando obtener buenos resultados; pero al final llega la decepción, puesto que la mayoría de lo que se escucha, pertenece a lo que un amigo llamaba "hablar barato", es decir sin sustancia real.
Ante esta evidencia, hace ya algunos años que decidí cambiar y en lugar de aprender de los vivos, empecé a hacerlo de los muertos y os he de confesar que el cambio es tan impresionante como la noche y el día.
Uno de los españoles más universales de todos los tiempos, hace casi 2.000 años, cuando solo le faltaban dos años para dejar de existir escribió: "Querido Lucilio pídele a tus dioses: buen juicio, salud para tu alma y después de esto, salud para tu cuerpo".
También en el invierno de su vida, nuestro admirado Miguel escribió en el capitulo 58 de su obra magna hablando del agradecimiento lo siguiente: "Por lo general, las personas que reciben son inferiores a las que dan, y así es Dios sobre todos; no pudiendo corresponder las dádivas del hombre a las de Dios en igualdad por infinita distancia, y ésta ha de ser en cierto modo suplida por el agradecimiento".
Ya en el siglo pasado, otro genio español universal, que para más señas se auto proclamó anti-clerical, escribió: "El día que vuelva a imperar en Europa una nueva filosofía - única cosa que puede salvarla- se volverá a caer en la cuenta de que el hombre es - tenga de ello ganas o no - un ser constitutivamente forzado a buscar una instancia superior ....".
Aterricemos ahora en el presente, quiero contaros una curiosa anécdota: Trabajé durante 35 años en una empresa multinacional americana dedicada a comercializar equipos informáticos; durante los primeros años, las maquinas eran puramente mecánicas con algunos componentes eléctricos, éstas conseguían producir, casi milagrosamente, con los datos capturados, unos grandes rollos de cinta amarilla perforada, para después alimentarlas a los ordenadores centrales de las entidades.
Pasaron los años e irrumpió con enorme fuerza en la industria la tecnología electrónica digital, esto permitió fabricar máquinas cada día más y más potentes. La competencia, obligaba a las factorías a poner en el mercado productos sin terminar, lo que obligaba a "depurarlos" cuando ya se encontraban instalados en los clientes.
Eran aquellos, años de grandes tensiones, el grupo de expertos acudíamos a las instalaciones para analizar los síntomas y documentarlos para poder reportarlos a las factorías. Tanto en las múltiples reuniones, como a la hora de confeccionar los informes, siempre surgía la misma polémica, los sistemas informáticos se caían o se colgaban, eso era evidente pero ... la causa de la anomalía era provocada por ¿una deficiencia del Hardware? (máquina física) o ¿del Software? (sistema operativo, programas de aplicación, etc).
(Continua en 2 de 2)
Ante esta evidencia, hace ya algunos años que decidí cambiar y en lugar de aprender de los vivos, empecé a hacerlo de los muertos y os he de confesar que el cambio es tan impresionante como la noche y el día.
Uno de los españoles más universales de todos los tiempos, hace casi 2.000 años, cuando solo le faltaban dos años para dejar de existir escribió: "Querido Lucilio pídele a tus dioses: buen juicio, salud para tu alma y después de esto, salud para tu cuerpo".
También en el invierno de su vida, nuestro admirado Miguel escribió en el capitulo 58 de su obra magna hablando del agradecimiento lo siguiente: "Por lo general, las personas que reciben son inferiores a las que dan, y así es Dios sobre todos; no pudiendo corresponder las dádivas del hombre a las de Dios en igualdad por infinita distancia, y ésta ha de ser en cierto modo suplida por el agradecimiento".
Ya en el siglo pasado, otro genio español universal, que para más señas se auto proclamó anti-clerical, escribió: "El día que vuelva a imperar en Europa una nueva filosofía - única cosa que puede salvarla- se volverá a caer en la cuenta de que el hombre es - tenga de ello ganas o no - un ser constitutivamente forzado a buscar una instancia superior ....".
Aterricemos ahora en el presente, quiero contaros una curiosa anécdota: Trabajé durante 35 años en una empresa multinacional americana dedicada a comercializar equipos informáticos; durante los primeros años, las maquinas eran puramente mecánicas con algunos componentes eléctricos, éstas conseguían producir, casi milagrosamente, con los datos capturados, unos grandes rollos de cinta amarilla perforada, para después alimentarlas a los ordenadores centrales de las entidades.
Pasaron los años e irrumpió con enorme fuerza en la industria la tecnología electrónica digital, esto permitió fabricar máquinas cada día más y más potentes. La competencia, obligaba a las factorías a poner en el mercado productos sin terminar, lo que obligaba a "depurarlos" cuando ya se encontraban instalados en los clientes.
Eran aquellos, años de grandes tensiones, el grupo de expertos acudíamos a las instalaciones para analizar los síntomas y documentarlos para poder reportarlos a las factorías. Tanto en las múltiples reuniones, como a la hora de confeccionar los informes, siempre surgía la misma polémica, los sistemas informáticos se caían o se colgaban, eso era evidente pero ... la causa de la anomalía era provocada por ¿una deficiencia del Hardware? (máquina física) o ¿del Software? (sistema operativo, programas de aplicación, etc).
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