(Escrito en Noviembre 2.010)
Yo, que padezco desde hace ya varios años, una debilitada salud física como consecuencia de una enfermedad, he encontrado un enorme consuelo con la lectura de las magistrales cartas que Séneca escribió dos años antes de su muerte, a su querido amigo Lucilio, hace de esto ya casi 2.000 años.
Séneca le confesaba: "He aprendido a ser amigo de mi mismo, el progreso ha sido grande, ya que nunca más volveré a encontrarme solo; pues es en el interior, donde tienen que ser admiradas las cualidades. Hacia ahí han de ir dirigidos tus afanes y deseos, sin pedir nada más a los dioses: A estar contento contigo mismo y con los bienes que nacen de ti mismo ¿Qué felicidad más al alcance que ésta?"
"Ocúpate de lo que no puede darse, ni robarse, de aquello que es propio del hombre ¿Me preguntas que es? Es el alma y en el alma la razón perfecta. Dado que el hombre es animal racional, y por lo tanto, sus bienes alcanzan la perfección cuando sirven para que el hombre pueda realizar aquello para lo cual fue creado ¿Y qué es lo que esta razón le exige? Una cosa facilísima: Vivir según la ley de su naturaleza".
"Date a aquel tipo de vida sano y salvador, que consiste en no ser complaciente con el cuerpo, más que en aquellas cosas que precisa para su buena salud. Es menester tratarlo severamente, para que no se muestre desobediente al espíritu; la comida calme nuestra hambre, la bebida calme nuestra sed, el vestido nos proteja del frío y seanos la casa una defensa ante los ataques a nuestra integridad física; que ésta halla sido construida de adobes o de carísimos mármoles veteados, no nos interesa".
"Si te consagras a la filosofía, estoy contento de ello, pues a la postre, ésta es la verdadera salud, sin la cual el alma está enferma y aun el mismo cuerpo; ten por tanto siempre en cuenta de manera principal tal salud, después de ésta, debe venir aquella otra, la del cuerpo".
"Es cosa clara que nadie puede llevar una vida feliz, ni tan solo soportable, sin aspirar a la sabiduría; que la vida feliz es fruto de la sabiduría perfecta, y por otra parte, la vida tolerable la proporciona la iniciación a la sabiduría".
"Es menester encontrar algo que no se deteriore con la edad ¿Cuál es? El alma; pero el alma recta, el alma grande, a lo que ¿cómo nombrarías, sino llamándola, un dios habilitador del cuerpo humano?
Dios está cerca de ti, está contigo, está dentro de ti. Si Lucilio; un espíritu sagrado reside dentro de nosotros, observador de nuestros males y guardián de nuestros bienes, el cual nos trata tal como es tratado por nosotros. Nadie puede ser bueno sin la ayuda de Dios".
- Con la esperanza de que, el recordatorio y la relectura de que estas antiguas y certeras reflexiones, de uno de los hombres más brillante de todos los tiempos, puedan servir de consuelo y bienestar a tantísimas personas que en estos nuestros días, padecen todo tipo de enfermedades, os envío los mejores deseos.
Séneca le confesaba: "He aprendido a ser amigo de mi mismo, el progreso ha sido grande, ya que nunca más volveré a encontrarme solo; pues es en el interior, donde tienen que ser admiradas las cualidades. Hacia ahí han de ir dirigidos tus afanes y deseos, sin pedir nada más a los dioses: A estar contento contigo mismo y con los bienes que nacen de ti mismo ¿Qué felicidad más al alcance que ésta?"
"Ocúpate de lo que no puede darse, ni robarse, de aquello que es propio del hombre ¿Me preguntas que es? Es el alma y en el alma la razón perfecta. Dado que el hombre es animal racional, y por lo tanto, sus bienes alcanzan la perfección cuando sirven para que el hombre pueda realizar aquello para lo cual fue creado ¿Y qué es lo que esta razón le exige? Una cosa facilísima: Vivir según la ley de su naturaleza".
"Date a aquel tipo de vida sano y salvador, que consiste en no ser complaciente con el cuerpo, más que en aquellas cosas que precisa para su buena salud. Es menester tratarlo severamente, para que no se muestre desobediente al espíritu; la comida calme nuestra hambre, la bebida calme nuestra sed, el vestido nos proteja del frío y seanos la casa una defensa ante los ataques a nuestra integridad física; que ésta halla sido construida de adobes o de carísimos mármoles veteados, no nos interesa".
"Si te consagras a la filosofía, estoy contento de ello, pues a la postre, ésta es la verdadera salud, sin la cual el alma está enferma y aun el mismo cuerpo; ten por tanto siempre en cuenta de manera principal tal salud, después de ésta, debe venir aquella otra, la del cuerpo".
"Es cosa clara que nadie puede llevar una vida feliz, ni tan solo soportable, sin aspirar a la sabiduría; que la vida feliz es fruto de la sabiduría perfecta, y por otra parte, la vida tolerable la proporciona la iniciación a la sabiduría".
"Es menester encontrar algo que no se deteriore con la edad ¿Cuál es? El alma; pero el alma recta, el alma grande, a lo que ¿cómo nombrarías, sino llamándola, un dios habilitador del cuerpo humano?
Dios está cerca de ti, está contigo, está dentro de ti. Si Lucilio; un espíritu sagrado reside dentro de nosotros, observador de nuestros males y guardián de nuestros bienes, el cual nos trata tal como es tratado por nosotros. Nadie puede ser bueno sin la ayuda de Dios".
- Con la esperanza de que, el recordatorio y la relectura de que estas antiguas y certeras reflexiones, de uno de los hombres más brillante de todos los tiempos, puedan servir de consuelo y bienestar a tantísimas personas que en estos nuestros días, padecen todo tipo de enfermedades, os envío los mejores deseos.
Conservaos buenos.
PD: Hablando del alma, quiero utilizar para que sirva de profunda reflexión,, y para que se enteren de una vez "tanto sobrao en ignorancia que nos gobierna" y que no ven en el individuo más allá del cuerpo y el sexo, aquella última exclamación que a gran voz pronunció Jesucristo como hombre, antes de expirar en la Cruz:
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”
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