(Escrito Noviembre 2010)
Estimados amigos: A mi modo de ver, los partidos de izquierda pusieron tanto empeño en su causa para combatir las desigualdades sociales, que a su vez hicieron gran daño, a la escasamente culturizada sociedad de finales del siglo XIX y principios del siglo XX y que por tradición aun conservamos.
Al culpar de todos aquellos males a las instituciones entonces existentes, y ofrecer con tanta vehemencia sus utópicas soluciones, mataron en muchísimas personas el poder del Espíritu, siendo éste como es, el principal impulsor del pensar y del proceder innato en el ser humano. Hicieron creer a las gentes, que el Espíritu era algo inexistente e inventado por la Iglesia, con la única finalidad de atemorizar a las gentes y mantenerlas con ello dominadas y controladas.
Ellos por el contrario, aseguraban la libertad como solución, y embarcaron a las gentes en la lucha por unas conquistas que con muchísimo dolor todos recordamos. Ahora, una vez obtenida la libertad, dónde está el resultado de la prometida panacea, ¿Qué hacemos con ella, cómo la debemos utilizar? ¿Cómo puede ella, solucionar nuestros problemas tanto individuales como colectivos?
Cada cual tendrá que asumir sus responsabilidades, pero el sectarismo, la frustración, el odio, la desilusión y la vacuidad que adolece la actual sociedad y desde entonces, es en mi opinión, el resultado de tal error. Una equivocada estrategia que ellos utilizaron, para defender tanto sus ideas como sus intereses, y que desorientaron más si cabe, a una sociedad que ya de por si, se encontraba perdida.
Algún día, espero no tardando demasiado, todos nos concienciaremos, y aunque ha sido mucho el daño y por lo tanto el dolor y el sufrimiento en nuestro querido país, sabremos perdonar, rectificar para reparar los males y, entonces nos daremos cuenta que, el ser humano no es solamente Cuerpo y Mente, sino que también y principalmente, aunque se haya querido ocultar, es Corazón y es Espíritu.
La espiritualidad es innata al ser humano y absolutamente irrenunciable, y ello no implica necesariamente tener que, o pertenecer a ninguna religión; pero si ser uno de nuestros componentes indispensables, que debemos potenciar y desarrollar, para ser capaces de encontrar el verdadero Sentido a nuestras Vidas.
¡¡¡¡Esto sí sería realmente y en mi modesta opinión, recuperar la memoria histórica del hombre, y recuperar con ello, la verdadera razón de nuestra existencia, que tantísima falta nos hace a todos!!!
Y ahora, sin mayor interés que el de aportar un poco más de luz, me pregunto: ¿Se referiría Ortega a ésta circunstancia? cuando tanto renegaba del hombre masa y decía aquello de: “No sabemos lo que nos pasa y eso es lo que nos pasa: no saber lo que nos pasa”
Saludos cordiales amigos.
Algún día, espero no tardando demasiado, todos nos concienciaremos, y aunque ha sido mucho el daño y por lo tanto el dolor y el sufrimiento en nuestro querido país, sabremos perdonar, rectificar para reparar los males y, entonces nos daremos cuenta que, el ser humano no es solamente Cuerpo y Mente, sino que también y principalmente, aunque se haya querido ocultar, es Corazón y es Espíritu.
La espiritualidad es innata al ser humano y absolutamente irrenunciable, y ello no implica necesariamente tener que, o pertenecer a ninguna religión; pero si ser uno de nuestros componentes indispensables, que debemos potenciar y desarrollar, para ser capaces de encontrar el verdadero Sentido a nuestras Vidas.
¡¡¡¡Esto sí sería realmente y en mi modesta opinión, recuperar la memoria histórica del hombre, y recuperar con ello, la verdadera razón de nuestra existencia, que tantísima falta nos hace a todos!!!
Y ahora, sin mayor interés que el de aportar un poco más de luz, me pregunto: ¿Se referiría Ortega a ésta circunstancia? cuando tanto renegaba del hombre masa y decía aquello de: “No sabemos lo que nos pasa y eso es lo que nos pasa: no saber lo que nos pasa”
Saludos cordiales amigos.
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