(Escrito en Febrero 2011)
-Que nadie se alarme, pero las sociedades occidentales se encuentran desnortadas desde la muerte de Kant en 1804, es decir llevamos más de dos siglos completamente desorientados y no sabiendo realmente que hacer con nuestras vidas.
Los esfuerzos de Ortega y Gasset fueron tan grandes como improductivos, para tratar de introducir un cambio de paradigma (visión) social, que permitiera dar continuidad a los pensamientos filosóficos existentes con anterioridad, como el Realismo (el mundo) de Aristóteles, y el Idealismo (el hombre) de Descartes o Kant. La idea es buena, es coherente y además significa un gran avance en el conocimiento de la realidad, pero quizás el momento no fue el adecuado debido a que la sociedad no se encontraba suficientemente preparada para ello.
El hecho de la parcelación, tanto de las ciencias como en las tecnologías, ha permitido a la humanidad en estos mismos dos siglos, unos avances tremendos que fundamentalmente han facilitado la forma de vida del ser humano, aunque al mismo tiempo nos la han llenado de cosas materiales.
El hecho de la parcelación, tanto de las ciencias como en las tecnologías, ha permitido a la humanidad en estos mismos dos siglos, unos avances tremendos que fundamentalmente han facilitado la forma de vida del ser humano, aunque al mismo tiempo nos la han llenado de cosas materiales.
Ortega mostraba un gran hastío por las dos iglesias de su tiempo – izquierdas y derechas – debido a que al estar basadas en ideologías, ellas impedían la necesaria superación del idealismo reinante y no permitía visualizar su novedoso proyecto.
Ortega reconocía la vida como compleja y difícil, pero al mismo tiempo transparente y tremendamente coherente, y ambas cosas afloran cuando se consigue una verdadera relación de equilibrio entre el sujeto y su entorno (el pensamiento y las circunstancias).
En estas estábamos, cuando se produjo el gran paréntesis: la guerra civil española, la guerra mundial, la dictadura de los 40 años, la modélica transición democrática , los dos tibios periodos socialistas, la tremenda crisis económica y financiera del 2.008 y .. ya ..llegamos al aquí y al ahora, donde los políticos siguen empeñados en querer sacar leche de unas ubres que quedaron secas hace casi 100 años; quizás ello explique la necesidad de 'crear tensión social' o de 'sembrar odio' como estimulos para poder seguir explotando 'sus negocios'.
Volvamos de nuevo a los pensamientos filosóficos, para Ortega vivir consiste en ser realista e idealista al mismo tiempo, del mismo modo que el ser humano no es ni Sancho Panza ni Don Quijote, sino un equilibrio entre ambos, a este equilibrio, lo denominó ‘raciovitalismo’ que traducido al lenguaje popular podemos interpretarlo como ‘la razón o el sentido de vivir’.
Ortega reconocía la vida como compleja y difícil, pero al mismo tiempo transparente y tremendamente coherente, y ambas cosas afloran cuando se consigue una verdadera relación de equilibrio entre el sujeto y su entorno (el pensamiento y las circunstancias).
En estas estábamos, cuando se produjo el gran paréntesis: la guerra civil española, la guerra mundial, la dictadura de los 40 años, la modélica transición democrática , los dos tibios periodos socialistas, la tremenda crisis económica y financiera del 2.008 y .. ya ..llegamos al aquí y al ahora, donde los políticos siguen empeñados en querer sacar leche de unas ubres que quedaron secas hace casi 100 años; quizás ello explique la necesidad de 'crear tensión social' o de 'sembrar odio' como estimulos para poder seguir explotando 'sus negocios'.
Volvamos de nuevo a los pensamientos filosóficos, para Ortega vivir consiste en ser realista e idealista al mismo tiempo, del mismo modo que el ser humano no es ni Sancho Panza ni Don Quijote, sino un equilibrio entre ambos, a este equilibrio, lo denominó ‘raciovitalismo’ que traducido al lenguaje popular podemos interpretarlo como ‘la razón o el sentido de vivir’.
(Continúa en la parte 2 de 2)
Saludos cordiales.
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