martes, 10 de enero de 2012

P#20 ¡¡Abre bien los ojos, y escúcha!! (Parte 2ª)

Como ya manifesté en mi P#17, una buena parte de nuestra sociedad actual, es víctima de esa nueva epidemia que denominamos victimismo, culpismo o derrotismo; y ella crea un tremendo y alarmante 'vacío existencial' en las personas de consecuencias imprevisibles.
Hay cosas en mi sencillo mundo, que me cuestan mucho trabajo comprender; y me explico, como puedo leer a Séneca dirigirse a Lucilio hace casi 2.000 años en los términos siguientes, y hoy en pleno siglo XXI encontrarnos en estas condiciones tan calamitosas:

“He aprendido a ser amigo de mi mismo, el progreso ha sido grande, y ya nunca más volveré a encontrarme solo; porque es en el interior, donde tienen que ser admiradas las cualidades”.

“Es menester encontrar algo que no se deteriore con la edad ¿Cual es?, el alma; pero el alma recta y grande a la que ¿Cómo nombrarías sino llamándola un dios habilitador del cuerpo humano?. Si Lucilio, Dios está cerca de ti, está contigo, está dentro de ti. Un espíritu sagrado reside dentro de nosotros, observador de nuestros males y guardián de nuestros bienes, el cuál nos trata tal como es tratado por nosotros; ya que nadie puede ser bueno sin la ayuda de Dios”.

Ya lo manifesté en el P#7; yo estimo que fue desde los principios del siglo XIX, con las grandes rebeliones sociales en contra de los poderes establecidos, que dieron lugar al nacimiento del Contrato Social, el derrocamiento de la monarquía en Francia, la proclamación de la República francesa y la aparición de los partidos populares basados en las ideas de Marx, que cargaron contra la razón principal que siempre movió al ser humano, y ella para mi no es otra cosa que el espíritu.
La transformación de un espíritu fundamentalmente religioso, en un fanatismo político promovido por la palabra 'libertad', es en mi opinión uno de los mayores errores que las clases dirigentes comunistas y asimiladas han podido originar en el ser humano.

La historia de España del siglo XX no la vamos a evaluar mucho; ahí la tenemos todos, y es tan reciente, la padecemos tanto, que aún hoy somos víctimas de ella misma. En 1.975 muerte del general Franco, fin de la Dictadura de casi 40 años, que sufrimos como consecuencia del dramático enfrentamiento entre  dos bandos políticos irreconciliables, el religioso y el comunista.
En 1.976 todos celebramos las primeras elecciones generales de un nuevo sistema que alegremente denominaron Democracia. Hoy ya contamos con una experiencia de 35 años (6-UCD + 21(14+7)-PSOE + 8 PP), y ha sido la actitud y el comportamiento del último gobierno de ZP el que ha abierto los ojos a la sociedad civil, hemos comprendido que no hemos vivido en un Estado democrático donde existiera una relación bilateral entre los ciudadanos y el Estado, sino en 'una deformación' trilateral formada por ciudadanos-partidos políticos- Estado; es decir, padecemos lo que se denomina “un Estado de partidos” o sea, una 'partitocracia' (ver en wiki), donde a los ciudadanos No se nos permite ejercer la soberanía popular sin la 'intermediación y absoluto control' de los partidos políticos. Aclarada esta cuestión, que no es menor, nos resultará a todos bastante más sencillo, el comprender las razones de nuestras tremendas dolencias como país.
La Democracia entiende al Estado como garante de los derechos, libertades y obligaciones de sus representados que somos los ciudadanos (la soberanía popular), y dichas garantías está aseguradas por la separación de poderes (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) de acuerdo a las normas establecidas por Montesquieu (siglo XVIII).

Para facilitar la reflexión: ¿son los intereses de los partidos políticos, los mismos que los intereses de los ciudadanos? ¿puede entenderse a los partidos políticos como un 'modelo de negocio' que prioriza su rentabilidad por encima de la de los ciudadanos, y busca 'alianzas injustificables' por el mero hecho de mantenerse en el poder?
Acabo de leer en ABC que para el año 2.015 serán 500.000 las familias españolas  que perderán sus viviendas, al no poder hacer frente a sus pagos. Y yo me pregunto ¿Estaríamos padeciendo estas dramáticas condiciones si hubiéramos tenido  gobiernos competentes?. Ya hasta Platón reconocía que:

“El Estado existe para servir las necesidades de los hombres y para hacerlos felices”

Voy a dejar aquí este post. para no alargarlo en exceso y continuaremos con las soluciones, no tanto de los políticos, sino del hombre y su sentido de la vida en una tercera entrega.

Gracias por leerme y vuelvo pronto. Un abrazo.



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